Es algo que se repite año tras año, y que parece ser propio a la naturaleza humana. Ese sentimiento de tristeza que padecemos a veces -cada uno sabrá cuantas- cuando nos separamos temporalmente de nuestros hijos... Creemos que nuestros hijos nos van a echar tanto de menos -y lo hacen, pero a su manera...- que lo van a pasar mal...
Es cierto que ocasiones se dan situaciones particulares en los niños, que debemos tener en cuenta y tratar con delicadeza, pero nuestra experiencia como educadores nos dice, que la ALEGRÍA y la AMISTAD se contagian en el gran grupo, y que los niños disfrutan de una experiencia, inolvidable para ellos.
Los que ahora somos monitores de este Campamento Infantil, recordamos con mucha alegría momentos similares a los que estos niños viven hoy. Vivir juntos la amistad, la cooperación, favorecer entre nosotros el espíritu de superación, ayudarnos en los momentos difíciles -que como en la vida, siempre los hay!!- y disfrutar juntos también de los momentos de fiesta, diversión y júbilo, presentes a raudales...

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