Parece que siempre decimos lo mismo, pero no mentimos: otro día intenso, otro día que nos ha aportado lo más importante, la riqueza de la experiencia de la vida de las personas.
Comenzábamos como siempre, con los servicios necesarios para que una gran familia de 60 personas pueda funcionar. Intentamos cada día, cultivar la importancia de los pequeños detalles. Que las mesas estén limpias y bien barrido el suelo, que fulanito no se vuelva a escaquear, que zutanito venga la primera vez que se le llama y no la quinta, que los barreños siempre tengan agua limpia,... Pequeñas cosas que bien hechas dan grandes frutos. También son días estos en los que nos esforzamos por cuidar el silencio en los momentos de reunión, la reflexión personal, el orden, la higiene, la autonomía (ay Señor!...) Más pequeñas cosas que vividas con alegría y sobre todo constancia, forjan personas.
Ya sólo faltan 3 días para los actos finales de la Marcha por la Solidaridad 2014!! Y así lo reflejábamos esta
mañana en una de las cristaleras de nuestro campamento. Sólo faltan 3 días para unirnos a nuestros amigos mayores de CJS nada más y nada menos que en Madrid, en plena Puerta del Sol. Qué importante es no perder la referencia de los más mayores en la vida solidaria... También durante estos días procuramos que todo aquello que hagamos colabore a que nuestra presencia y protagonismo en ese acto tenga un sentido vivo. Todo a nuestro alrrededor es motivo de reflexión. Nos sirven para reflexionar las vidas de grandes pensadores, o pequeñas parábolas, pero sobre todo nuestros errores cotidianos y la vida de los otros.
Pero lo que más ha marcado el día de hoy ha sido la visita al proyecto "La Campa" de Torrelavega. Se trata de un proyecto social intercultural impulsado por Cáritas, es decir, por la Iglesia. En concreto está enmarcado dentro de la Parroquia de la Asunción de Torrelavega. En este proyecto se acoge a toda persona que lo necesite. Fundamentalmente realizan actividades relacionadas con la interculturalidad, pues hay que tener en cuenta que Torrelavega ha acogido en los últimos años un importante
número de personas migrantes de las más diferentes nacionalidades, culturas y religiones. En este proyecto todos tienen cabida y todos se sienten como en su casa. Por eso nada más llegar, nos recibieron y albergaron en el interior de una Haima, donde pudimos descansar unos breves instantes después de la caminata desde Villapresente (Bajo un sol de justicia, todo hay que decirlo...)
Todo el proyecto de acogida nos ha parecido muy interesante, pero lo que nos ha dejado impactados y ha conmovido nuestros corazones ha sido la historia de una persona. Una persona con nombre y apellidos que no desvelaremos, pues es un exiliado político cubano, que ha sido encarcelado, torturado, perseguido,..., hasta decidir emigrar en una pequeña balsa que pudiendo llevarle a la muerte, le trajo hasta España después
de innumerables periplos... Digamos que su nombre es "J". "J" era el presidente de un partido de la oposición al régimen cubano. Como su padre, que tuvo que huir y abandonar a sus hijos, así le paso a "J", después de haber jurado que él nunca abandonaría a sus hijos. Ha pasado casi 20 años en la cárcel, y nos afirmaba con la mano en el corazón, que las cárceles allá, son el mismo infierno. Ha recibido palizas de todo tipo, y ante la avispada pregunta de un joven del campamento que había percibido la falta de un pedazo en una de sus orejas..., confesaba que era una de las consecuencias de aquellas brutales palizas.
Consiguió huir de su país, aunque no quería y desearía volver cada día. Huyó en una pequeña balsa y consiguió no acabar en la barriga de los tiburones, aunque acabó encarcelado en Guantánamo durante un año. De allí paso a una cárcel de una república soviética y después de una historia muy larga y dolorosa acabó en España.
Los chicos preguntaban sin cesar, y "J", no sin dolor, contestaba amablemente a todas sus preguntas. No volvió a ver a su padre después de que tuvo que abandonar Cuba. Tampoco a vuelto a ver a su mujer ni a sus hijos y nietos... Sabe que no puede volver mientras la situación no cambie, pues sabe que allí le espera la cárcel o la muerte.
Pero aquí ha conseguido sentirse integrado como en una familia gracias a este proyecto, gracias a la Iglesia.
Hemos aprendido muchísimo. Hemos aprendido cosas que no están escritas en nuestros libros, hemos aprendido de las personas. Hemos aprendido de escuchar, y de saber preguntar. Os dejamos a continuación algunos fragmentos de sus palabras...
Y a continuación una selección de imágenes del día:
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A primera hora de la mañana ya teníamos claro uno de los momentos importantes del día |
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Antes de iniciar la caminata, reflexionamos sobre la experiencia que vamos a conocer |
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Aunque un poco cansados..., llegamos enteros y con ganas
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